Erik Compite y Gana
Aquella noche Erik había estado demasiado exitado, habia visto la telenovela junto a su esposa, y en la televisión se emitió una escena donde el galán del melodrama nadaba desnudo mostrando los gluteos; su mujer sonrió y dijo «no sabes que hacer para subir raiting», justo ahí termino el capítulo, por lo que ella apagó la televisión con el control remoto, se dio la media vuelta, dio las buenas noches y comenzó a dormir profundamente, en ese momento Erik respondió pero sintió un incontrolable deseo por estar presente en aquella escena de novela, nadando bajo el agua acariciando el pene erecto del protagonista, ya que aunque eso no se vio, él imaginaba y deseaba que eso fuera así. Su mujer pronto empezó a roncar, por lo que él se sintió en confianza para descubrir su cuerpo haciendo la sabana a un lado, mientras tocaba su cuerpo masculino y viril con la misma delicadeza con la que una mujer explorar su rincones más íntimo.
Al llegar a la parte baja de su ombligo, recordó, que su pene le impediría darle placer al protagonista de la novela, por lo que para sentirse aun el objeto del deseo del macho que cada noche veía decidió hacer uso de su mangina, ese tesoro suave y dulce que en la vida real solo lo conocia Orp, su amo, su propietario, el hombre que lo volvía loco haciéndole sentir que como varón, solo podía servir para ser el juguete sexual de un hombre de verdad que sabía como hacerle sentir el máximo grado de placer.
Por un momento imagino lo feliz que seria si su amo y el galan de la novela lo poseían a la vez, pero volvió en si, y supo que ello era imposible, por lo que decidió seguir jugando con los dedos dentro de su mangina, imaginando que el héroe de aquella novela salía de la piscina y metía sus dedos y lengua dentro de su más privado lago. Su mujer seguía profundamente dormida, en ese momento la exitación se había apoderado por completo de él, por lo que decidió acostarse boca abajo y sobar su perfectos glúteos.
Quería prolongar el momento al mayor tiempo posible por lo que le mando un mensaje de whatsApp Orp, diciéndole que deseaba serle de utilidad, su amo con el claro interés de potencializar el placer le envío una foto proponiéndole un reto; diciendole «¿qué tan sirviente mío puedes ser?, ¿podrías darme más placer que este delicioso culito?». Sin siquiera mirar la foto del mensaje, Erik sintió como de pronto su pene comenzaba derramar el semen que se escondía para su esposa, ya que la última semana solo le había echo sexo oral, para que ella sintiera placer y poder ocultar así sus pocas ganas de eyacular por ella.
Erik se sorprendía al ver que su pene se vaciaba por completo sin cesar, era como si aquel caudal de semen nunca terminará. Una vez concluida su más inolvidable eyaculación supo que debía agradecer a su amo, por lo que se levanto, fue al baño y puso todo su empeño para obtener el mejor ángulo de su perfecto trasero, se tomó la fotografía y se la envío a su amo diciéndole que esperaba el resultado del reto, aunque ocultándole lo que había pasado antes, ya que por instrucciones precisas de Orp, Erik tenía prohibido tener erecciones sin antes solicitarle permiso a su amo.
A los pocos minutos Erick recibio la respuesta, se trata de las dos imágenes enfrentadas y con el veredicto, el cual daba a Erik como ganador absoluto, venciendo con su tan usable trasero el hermoso culito femenino con el que compitió. Erik al comprender que sus nalgas eran más deliciosas que las de una bella mujer, salió del baño, miro las pantaletas de su mujer tiradas en el suelo y pensó que seguramente el les daría un uso más apropiado, pero entendió que aun no era el momento de llegar a tanto, por lo que se puso sus poco sensuales calzoncillos, se recostó y de inmediato comenzó a dormir.
